
Muchos caminos recorridos que hicieron una pausa sobre este banco de madera. En él se forjaron sueños, se lloraron recuerdos y también se buscó el descanso, la admiración del presente en los colores alegres de la primavera o tristes del otoño. Pasaron años y el banco sigue ahí, siempre escuchando, y siempre esperando la próxima historia.
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