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Con los ojos cerrados

Sentimientos, Sensaciones, Emociones

Chikung en el jardín

Comenzó como una forma de compartir buenos momentos.

Compartir una técnica ancestral que me apasiona con amigos que deseaban disfrutar de la naturaleza, aliviar el estrés diario de una vida acelerada, aumentar la vitalidad y la energía, evitar dolores, bloqueos, o desánimo.

Así, en el bello y salvaje jardín de Ellen, comenzamos a reunirnos para hacer Chikung y después tomar una infusión en buena compañía.

Ahora estamos creando un proyecto ilusionante que va tomando forma poco a poco. Y queremos haceros partícipes.

Pronto daremos todos los detalles, pero en principio os anunciamos que comenzaremos en Octubre de 2023 en Alhaurín de la Torre.

Podéis uniros al proyecto sin compromiso desde ya dándonos vuestro apoyo emocional.

Mis encuentros con los árboles

Hacia tiempo que no me sentaba a escuchar el sonido de la naturaleza.

Últimamente, mi vida está un poco sumergida en el estrés de cada día.

Hoy, caminando mientras pensaba en problemas, atravesando un parque verde, me di cuenta de que mis amigos los árboles me estaban llamando.

El viento mecía sus ramas y el crepitar de sus hojas de pronto invadió mi mundo.

Echaba de menos estos momentos, estas largas y relajantes conversaciones con la verdad.

De pronto todo cobra sentido. Sé que formo parte de algo grande y los pequeños incidentes del día a día se desvanecen.

Los árboles hablan entre ellos, agradecen al Universo por ser lo que son y lanzan mensajes al mundo. Sólo cuando sales de tu pequeña mente obtusa y conectas con el cosmos, puedes formar parte de esta gran experiencia.

Brazos

Brazos que se entrelazan

Y se enredan como ramas

Manos que ansian

El contacto de otras manos recordadas

Labios que besan

Y pronuncian frases

Que nacen del corazón

Alas que se agitan

Y despegan tus pies del suelo

Creando

Nuevos puentes,

Nuevos mundos.

Nuevos sueños

Ya…

Nada más importa.

Pintura Acrílica 80 X 60

Va de retos

Me gusta hacer solitarios. Esta mañana recibí un mensaje en mi móvil: Tu reto diario te esta esperando. Y allí me fui. Lo superé y me sentí bien. Porque me superé a mi misma. Lo conseguí en menos tiempo, lo que significa más agilidad mental.

En mi vida también hago solitarios. De pronto la vida me envía retos que a veces parecen insuperables, pero pienso: Tengo que intentarlo. Y me superó de nuevo a mi misma haciendo algo que no había hecho antes.

A veces los retos son difíciles, estresantes, a veces quieres retroceder. Pero la vida no te deja. No es una opción. Así que sigues caminando y enfrentando retos.

A veces son retos interesantes y divertidos. Y a veces debes repetir, porque no lo consigues la primera vez, ni la segunda. A la tercera va la vencida. Y si no, a la cuarta o a la quinta. El caso es superar el reto. Sin prisas. Sin darte por vencida.

Y sobre todo superando miedos y frustraciones. Dejando atrás los fracasos y dando un paso más, para que la vida no piense que te has cansado de jugar.

Claro que, también están permitidas las treguas y algunos días, cuando la vida se distrae un poco y no te echa cuenta, está bien quedarte en el sofá, tomar un café y dedicarte a hacer solitarios.

La próxima historia

Muchos caminos recorridos que hicieron una pausa sobre este banco de madera. En él se forjaron sueños, se lloraron recuerdos y también se buscó el descanso, la admiración del presente en los colores alegres de la primavera o tristes del otoño. Pasaron años y el banco sigue ahí, siempre escuchando, y siempre esperando la próxima historia.

Resiliencia

Es como estar haciendo un curso intensivo de resiliencia.

La palabra resiliencia se refiere a la capacidad de sobreponerse a momentos críticos y adaptarse tras experimentar alguna situación inusual e inesperada. También indica volver a la normalidad.

Se que muchas y muchos de los que me leéis tenéis que negociar y tratar a diario con el dolor, con el cansancio, con la enfermedad. Os admiro y os respeto enormemente por ello, porque no es fácil.

Llevo muchos años tratando de no sólo cuidar, sino también de desarrollar mi bienestar físico, mental y espiritual. Creo que lo he ido haciendo bien y también he ido compartiendo mi aprendizaje a través de estudios y experiencias con aquellas personas que me han escuchado y me han seguido. He ayudado a través de mis terapias y de mis consejos a quienes han confiado en mí.

Pero hoy el Universo me ha dicho: Muy bien, enhorabuena por estar haciendo lo que se esperaba de tí. Pero siento decirte que aún te queda por superar el «más difícil todavía». Así que ármate de paciencia y de decisión y sigue adelante.

Y aquí estoy. Haciendo mis ejercicios diarios, relajación, respiración, Reiki, Chi Kung, y todo lo que he ido aprendiendo hasta ahora, para sacar un sobresaliente en mi actual etapa.

Se que es una lección más y que me servirá para crecer y que saldré reforzada de ella. Y que podré después ayudar a más gente con más conocimiento.

Es la sabiduría que nos regala la vida a través del tiempo y de las experiencias.

El monstruo

Es una enfermedad extraña.

Piensas que estas bien. Y cuando digo bien, quiero decir en paz contigo misma. Haciendo las cosas de la forma correcta, disfrutando momentos de soledad con tu cuerpo y con tu alma.

Sientes vitalidad, alegría de vivir, fusión con la naturaleza…

Y de pronto te llega la noticia. Y es como si se te hubiera metido una brizna en el ojo, que no puedes sacarte.

Te dicen que hay unas células en tu cuerpo que se han rebelado contra ti. Una parte de ti misma que te está haciendo daño. Y que hay que romper tu cuerpo para sacarlas. Y que van a ametrallar sin piedad no solo a esas células rebeldes, sino a todas las que estén cerca.

Que vas a sentirte cansada, que vas a perder energía y que tu cuerpo va a sentir dolor.

Y tienes que prepararte para eso. Y quizás para algo más, porque todo es incierto. Los días que están por venir, de pronto, se cubren de niebla y te invade la tristeza.

Quieres ser positiva y continuar entera y llena de fuerza para enfrentarte a lo desconocido. Porque aunque hay muchas personas que lo viven cada día y te cuentan su experiencia, para ti es como un monstruo horrible de las historias que te contaban de niña.

Allá voy, monstruo maldito, voy a cruzar ese bosque lleno de espinas y espero salir reforzada y con una sonrisa.

La pausa

Se interrumpió la vida. Estamos en pausa. Y la imaginación se dispara por necesidad de seguir la historia. Pero la historia de antes, de siempre, con altos y bajos, con tropiezos, con dudas, pero libre. No está historia interminable e insufrible, está pesadilla del miedo a los abrazos, al encuentro.

Estamos en pausa, porque se detuvo el tiempo, pero tendremos que seguir caminando. Seguiremos con más conciencia unidos, con respeto a esa naturaleza que hemos descuidado, que hemos maltratado y nos avisa, para que la tengamos en cuenta.

Y hoy siento ansia de respirar de nuevo el olor de la primavera, de flores y hierbas salvajes, olor a leña quemada en invierno, a tierra mojada en otoño, olor a mar y sal en verano.

Siento ansia de sentir el aire fresco en mi cara, el frío de nieve lejana, las gotas de lluvia y el calor del sol en mis mejillas. Sin telas, sin filtros, sin controles, sin límites. Y que solo me tapen la boca los besos.

Todo es posible

Hasta la vista Málaga

Tras mi último post en Instagram, alguien me preguntó : ¿Es la primera vez que vuelas? No es la primera vez. Últimamente vuelo muy a menudo.

Se extrañaba de que publicara una foto borrosa de un trozo de la costa de Málaga vista desde el avión mientras me alejaba de lo que era y sentía como mi hogar, si es algo que estoy acostumbrada a ver.

¿Aún te impresiona? Si, aún me impresiona ver la tierra y el mar desde el aire. Tan minúsculos y tan inmensos, tan lejanos.

Como me sigue impresionado ver una puesta de sol, una flor, un árbol, escuchar una música, conocer a alguien sensible o inteligente, una pintura, un libro, el amor en todas sus formas, la tristeza, el entusiasmo, hay muchas cosas que me impresionan, aunque me encuentre con ellas a menudo.

Porque somos física y química. Tenemos cinco sentidos, o seis… Una amígdala en el cerebro que nos permite emocionarnos, un timo cerca del corazón que se ensancha cuando esto ocurre, hormonas que cambian nuestro organismo, también a causa de las emociones, y todo esto es una forma de que nuestra alma se manifieste.

De esta forma, la mayoría de nosotros podemos concluir que la vida vale la pena.

No sé qué pasará con ese alma cuando yo me vaya. Hay quien dice que desaparece todo. Yo pienso que ese alma es una de esas cosas que no comprendemos, de las que no sabemos nada. No sabemos nada de la vida, aunque jugamos a saber.

Hace poco me quedé maravillada al mirar una imagen en Facebook. Eran líneas y dibujos repetitivos, una especie de pintura abstracta con muchos colores. Había que mirar la imagen durante unos segundos y desenfocar la vista hasta conseguir ver algo diferente. Al principio, no pasó nada y de pronto, apareció una espada y una manzana cortada por la mitad, en 3d, totalmente clara. Es un fenómeno llamado visión aural, que explica la transergética. Y me impresionó pensar que nuestros ojos pueden llegar a ver cosas que normalmente no están acostumbrados a ver, solo cambiando la forma de mirar.

Si nuestro sentido de la vista tuviera otro sistema, veríamos cosas que no vemos ahora o veríamos las cosas que vemos, de forma diferente. Lo mismo ocurre con los demás sentidos. Y con nuestra mente, tan primitiva y tan limitada. Podríamos llegar a pensar y comprender cosas que en este momento somos incapaces de entender.

En fin, que volando en un avión a través de las nubes, un pensamiento se encadena con otro y hoy, en este momento, tenía ganas de compartir que no pongo límites a mi imaginación. Creo que todo es posible.

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