Se interrumpió la vida. Estamos en pausa. Y la imaginación se dispara por necesidad de seguir la historia. Pero la historia de antes, de siempre, con altos y bajos, con tropiezos, con dudas, pero libre. No está historia interminable e insufrible, está pesadilla del miedo a los abrazos, al encuentro.

Estamos en pausa, porque se detuvo el tiempo, pero tendremos que seguir caminando. Seguiremos con más conciencia unidos, con respeto a esa naturaleza que hemos descuidado, que hemos maltratado y nos avisa, para que la tengamos en cuenta.

Y hoy siento ansia de respirar de nuevo el olor de la primavera, de flores y hierbas salvajes, olor a leña quemada en invierno, a tierra mojada en otoño, olor a mar y sal en verano.

Siento ansia de sentir el aire fresco en mi cara, el frío de nieve lejana, las gotas de lluvia y el calor del sol en mis mejillas. Sin telas, sin filtros, sin controles, sin límites. Y que solo me tapen la boca los besos.