Estamos en la quinta estación. Se acaba el Verano y aún está por entrar el Otoño. Según la Medicina Tradicional China, este es un tiempo intermedio en el que debemos reflexionar, integrar, digerir todo lo acontecido en lo que va de año, que no es poco.

Nos mueve durante esta quinta estación el elemento Tierra. Esta tierra que nos sostiene, nos protege, nos nutre y de la que formamos parte, a pesar de nuestra rebeldía. El ser humano, siempre queriendo controlar, es ahora el que ha perdido totalmente el control.
Nuestra aceleración, nuestra locura, nuestra vanidad, ha desembocado en total desastre y confusión.
El elemento Tierra es reflexión, quietud. Siempre se encontraron soluciones al mirar las cosas desde la calma.

Recibimos opiniones, teorías, predicciones, consejos, posibles soluciones, todos diferentes, incluso contradictorios. Llega un momento en el que no puedes creer nada y no sabes cómo reaccionar.
Yo hoy, desde mi centro, buscando mi propio equilibrio, me rijo por mi intuición. No puedo trabajar a nivel global, así que desde mi pequeño mundo, sigo cultivando mi «tierra».

Mi tierra consiste en hacer las cosas lo mejor que sé. En rodearme de mis seres queridos. En mi trabajo y en mi ocio. En el sol, el aire, el ejercicio. Alimentando mi cuerpo de forma saludable, riendo, escuchando música, amando, abrazando.
El elemento tierra nos enseña a dar y a recibir. A compartir y a comprender. A practicar la empatía. A buscar el equilibrio en medio del caos.

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