Nunca comprendí el significado del dinero. Nunca me sentí integrada en un sistema injusto, en el que hay personas que no comen o son echadas de sus casas porque no tienen dinero. Personas con grandes ideas que no pueden ponerlas en práctica porque para todo es necesario tener unos papeles de colores, con números grabados en ellos que dan valor a las personas que los tienen. Y es un círculo que gira y gira a menos que un golpe de suerte cambie las cosas.

El poder de la atracción es totalmente cierto. Lo sé y sé que eso podría cambiar el mundo y toda la sociedad. Lo vivo cada día, pero es algo sutil y al mismo tiempo inmensamente poderoso.

Para entenderlo hay que comprender que puede haber cosas que cuestan mucho dinero y no tienen ningún valor y que hay cosas de inmenso valor que no cuestan dinero.

Dar es algo que da más bienestar y más felicidad al que dá que al que recibe. Cuando doy, lo hago por el placer que esa acción conlleva. Quizás soy egoísta. Saber que mi regalo puede aportar bienestar a alguien me da satisfacción, porque estoy cumpliendo con mi misión. ¿Por qué debería cobrar por algo por lo que ya me siento pagada?

No puedo crear desde cero un nuevo sistema. Sería muy difícil sobrevivir sin aceptar las reglas de esta sociedad. O al menos algunas de ellas. Por eso me adapto, pero no sin mi pizca de rebeldía, aunque haya quien no la entienda. Sin mis pequeños trucos que cambian la dirección de la energía.

Hago caso a lo que el corazón me dicta, porque mi corazón sabe mucho más que mi mente. Mi corazón, como el tuyo, es tremendamente sabio. Aprende a escucharlo y verás como te quedas alucinado al comprobarlo.

Y te aseguro que todo lo que va, vuelve. Lo que das, lo recibes multiplicado. Todo gira, desde los átomos que te forman, hasta los astros en el cosmos.

Papeles de colores