Hacia tiempo que no me sentaba a escuchar el sonido de la naturaleza.

Últimamente, mi vida está un poco sumergida en el estrés de cada día.

Hoy, caminando mientras pensaba en problemas, atravesando un parque verde, me di cuenta de que mis amigos los árboles me estaban llamando.

El viento mecía sus ramas y el crepitar de sus hojas de pronto invadió mi mundo.

Echaba de menos estos momentos, estas largas y relajantes conversaciones con la verdad.

De pronto todo cobra sentido. Sé que formo parte de algo grande y los pequeños incidentes del día a día se desvanecen.

Los árboles hablan entre ellos, agradecen al Universo por ser lo que son y lanzan mensajes al mundo. Sólo cuando sales de tu pequeña mente obtusa y conectas con el cosmos, puedes formar parte de esta gran experiencia.